Cuidado con las adicciones

El consumo de drogas, alcohol y tabaco y el abuso de medicamentos pueden repercutir en la productividad.

El consumo de sustancias adictivas no es un tema del todo nuevo. A pesar de esto, los cambios en los patrones epidemiológicos en las nuevas generaciones vuelven necesario para las empresas retomar las reflexiones sobre las causas y también sobre las consecuencias de su abuso y dependencia.

Con frecuencia, las compañías visualizan la prevención del consumo de drogas con el entorno de la familia, las escuelas e incluso la labor de los gobiernos, es decir, alejado del entorno empresarial y, por ende, con una atención menos prioritaria.

En el mejor de los casos, las empresas consideran emprender campañas contra las adicciones como una faceta de la responsabilidad social. Sin embargo, el consumo de drogas, alcohol, tabaco e incluso de medicamentos sin control adecuado puede mermar el desempeño de los trabajadores.

Édgar Angulo Rosas, de Grupo Oceánica, explica que la inversión en la prevención es capaz de dejar buenos dividendos y ser rentable para la empresa, pues mejora la productividad.

El profesional cita que la prevención ayuda en una serie de áreas, tales como la reducción de accidentes de trabajo, la baja del ausentismo por parte de los trabajadores, retrasos en tiempos de llegada, la disminución de incapacidades médicas, la prevención de hurtos y fraudes, el incremento de un clima laboral favorable, la mayor concentración por parte de los colaboradores en sus tareas, entre otras.

“Estos aspectos son razones suficientes para tomar conciencia, pues en conjunto elevan los resultados de la organización”, sostiene Angulo. En México y Centroamérica no existen estadísticas suficientes sobre el consumo de drogas en las empresas, pero sin duda la drogadicción deja pérdidas millonarias. Según estimaciones del National Institute on Drug Abuse, los costos del abuso de sustancias equivalen a más de $500,000 millones anualmente, solamente en Estados Unidos.

El consumo de drogas es menor en los países de la región: sin embargo, la cifra sirve para dar una idea de que los impactos económicos no son despreciables, agrega el especialista. No se puede pasar por alto que las características de los puestos de trabajo en México y los países centroamericanos cada vez son más exigentes y generan más condiciones de estrés por cumplimiento de metas u horarios pesados. Otras condiciones que pueden motivar a un empleado a caer en una adicción son la presión laboral por parte de mandos y compañeros y la excesiva competencia. Y este problema puede alcanzar tanto a hombres como a mujeres de cualquier escala jerárquica en la institución.

“Las organizaciones tienen una responsabilidad muy alta, pues en el nivel más importante de la toma de decisiones se debe humanizar los procesos y seguir los ejemplos internacionales, que demuestran que más horas de trabajo no necesariamente repercuten en mejores resultados, se necesita considerar que el activo más importante de las empresas son las personas, y que cuidando su salud y bienestar no solo se beneficia a los individuos, sino al colectivo de trabajo”, concluye Angulo.

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