Colaboradores ante la crisis
La inversión en capital humano debe permanecer aun en los momentos de declive económico.
En las épocas de crisis económicas las organizaciones recortan las áreas que consideran no indispensables, y con frecuencia las empresas promedio incluyen en esa área la inversión en capital humano.
Por el contrario, el presupuesto destinado a los colaboradores, como capacitación, prestaciones, y, sobre todo, sueldos, debe mantenerse intacto hasta las últimas consecuencias, recomienda The TOP Companies, firma experta en cultura organizacional.
Sin duda, la protección de las arcas de la compañía en un declive del entorno económico es muy necesaria. Si bien esa adaptación proviene del área de Finanzas, toda la empresa debe acompañar el cambio circunstancial.
“Si se toma una decisión estratégica como esa sin tener en cuenta la cultura y el clima de la organización, la situación puede agravarse y comprometer el futuro de la compañía”, explica la firma de origen mexicano.
Los recortes de personal no garantizan automáticamente una mejora de la rentabilidad. Ese es solo un último recurso pues, en el largo plazo, quedarse sin el capital humano adecuado puede ocasionar mayores pérdidas.
Por otro lado, las prisas son malas consejeras. Una organización con cultura sólida dirige los recortes pensando en afectar lo menos posible a su personal, ya que esto reduce la productividad y provoca pérdida de talento. Ese sentimiento de valoración aumenta en su gente el orgullo de pertenecer a la institución.
Hay colaboradores que se destacan por ser “talentos”. Se trata de personal diferenciador, a quien todos pueden acudir cuando se requiere innovación, creatividad, un buen consejo o el impulso justo para la resolución de un tema.
El trabajo en la cultura de la organización para elevar la rentabilidad no siempre demanda dinero. Existen varios ajustes efectivos y económicos que podrían servir como trampolín para superar la recesión.
Por ejemplo, la reubicación de los colaboradores con bajo desempeño, aumentar el reconocimiento directo de los líderes hacia su equipo por los pequeños o grandes logros, implementar una comunicación transparente, crear políticas claras y para todos; muchas de estas acciones no demandan dinero. En definitiva, la mejor manera de optimizar la inversión en el capital humano, mantener la rentabilidad y generar mayores ingresos es aplicar una medición interna y externa de cultura y clima organizacional.
Así como un paciente necesita un diagnóstico de su médico, las empresas requieren un análisis metodológico para detectar áreas de oportunidad en su cultura que puedan trabajarse, la mayoría de las veces, sin grandes inversiones de dinero. El resultado: obtener una radiografía completa de la situación organizacional para desarrollar estrategias funcionales desde el área de recursos humanos, optimizando tiempo y dinero.
En los momentos de ajustes financieros, una cultura sólida cohesiona a todos los colaboradores, los motiva a redoblar el esfuerzo por alcanzar las metas y crea las circunstancias para que la institución supere, de la mejor manera, los tiempos económicos desfavorables. •