La reconstrucción de las empresas
Decir que la crisis sanitaria ha alterado la “normalidad” del mundo laboral y los negocios parece una obviedad para muchas personas. Sin embargo, hay algunas que no logran dimensionar el impacto que está teniendo, ni el umbral de oportunidades que trae consigo.
Por supuesto que para muchas organizaciones lo apremiante es sobrevivir y salir lo menos dañadas. Aunque, nosotros consideramos que sus líderes (dueños, CEOs, directores, gerentes) ya deben estar dirigiendo su mirada hacia cómo van a regresar cuando termine esta inusitada situación. Y justo ahí es en donde residen las oportunidades de las que hablamos.
Es momento de iniciar la reconstrucción. ¿Desde ahora? Sin duda. Será más sencillo el regreso si identificamos nuestras fallas, trabajamos para recomponerlas e iniciamos la planificación.
Si una lección recibimos de esta pandemia es que debemos estar lo mejor preparados posible, pues no sabemos con certeza lo que vamos a enfrentar. La adaptabilidad, resiliencia y flexibilidad son algunas habilidades que nos serán de valiosa utilidad, pero de ellas hablaremos en otra oportunidad.
¿Y para qué planear, si lo que proyecté a inicio del año de poco me sirve, dado el panorama actual? Porque la planeación y la administración del cambio es un proceso, y como tal, se diseña y se construye; no se da por casualidad, por una ocurrencia o por una idea que surge de forma espontánea.
En México, 79% de los colaboradores de las Empresas TOP están convencidos de que en sus organizaciones se anticipan y previenen los problemas; en tanto que en Latinoamérica es el 82%. Esto de acuerdo con una evaluación que realizamos a 2 millones 68 mil 612 personas.
Asimismo, el estudio muestra que en México el 70% de las Empresas TOP estiman que su compañía tiene la capacidad de resolver situaciones ante las dificultades que se presentan; mientras que en Latinoamérica es el 72%.
Podemos ver que enfrentar con éxito las amenazas que plantea el entorno -aún en las crisis más severas-, identificar las oportunidades y aprovecharlas es resultado de un trabajo previo. El primer paso es estar consciente de que se requiere cambiar y el siguiente es tener la capacidad para hacerlo.
Por eso aseveramos que ahora es el momento para que las empresas evalúen sus fallas, se redescubran como organización, resignifiquen su labor, cuestionen su liderazgo, replanteen sus esquemas de colaboración y trabajen en reconstruir la cultura que les permitirá enfrentar el futuro.
Esta crisis ha sido para muchos líderes un periodo de prueba y error, de experimentar, pero a estas alturas ya deberían tener un poco más claro si su organización está preparada y dispuesta para todos los cambios que se avecinan.
Si no es así, entonces tendrían que estar trabajando en abonar el terreno sobre el que van a sembrar y esperan poder cosechar; pues, aunque no lo crean, las lluvias todavía no comienzan. Y las noticias son que serán tormentas torrenciales las que vendrán, pues a la contingencia le sobrevendrá una severa crisis económica.
El liderazgo implica retos y las dificultades exigen a los líderes fortalecer sus aptitudes, actitudes y competencias o, si es necesario, desarrollar nuevas para lograr su mejor versión y la de sus equipos de trabajo. Aquellos que estén mejor preparados serán los que tendrán mayor éxito para transformarse y reconstruirse.
No hay que olvidar que esta situación es una oportunidad para mejorar como seres humanos, como líderes y como empresas; no la desaprovechemos.
Si te interesa saber cómo aplican las Empresas TOP alguna práctica en particular, te invitamos a que nos lo hagas saber a través de [email protected]