Cambio y actitud, binomio para enfrentar el futuro

¿En qué consistirá la “nueva normalidad”?

Hoy, meses después de que se declarara la pandemia por Covid-19 y prácticamente todos los países implementaran medidas de prevención, entre ellas el distanciamiento social y el confinamiento, comienza a hablarse de que regresaremos a una “nueva normalidad”.

¿Qué significa esta expresión? ¿En qué consistirá la “nueva normalidad”? En realidad, no existe ninguna certeza de lo que nos espera, sin embargo, lo único en que coinciden muchos es que nuestra cotidianidad ya no será igual a como la dejamos. La convivencia, el entretenimiento, la escuela, el trabajo, se regirán bajo nuevas dinámicas.

Hablar de cambio no debe sorprendernos, pues desde hace algunos años lo único normal y constante en nuestras vidas es el cambio. En el mundo actual, transformarse para responder a los retos del entorno no es una opción, es un proceso vital. Muchas empresas que no cambiaron, hoy ya no existen.

Y aunque muchas organizaciones están conscientes de que deben realizar cambios durante y después de la cuarentena, para mejorar su desempeño y mantenerse en la pelea dentro del mercado, no saben bien a bien cómo llevarlos a cabo.

Lograr que los cambios dentro de una organización sean exitosos no es un proceso sencillo y depende de diversos factores, aunque uno de los más importantes, de inicio, es la actitud. ¡Sí, la actitud!

Uno de los principales obstáculos que enfrentan las organizaciones al intentar hacer cambios es la resistencia de sus propios colaboradores, de todos los niveles jerárquicos, ya sea por desconocimiento, temor o comodidad.

Y si bien las situaciones pueden ser las mismas para todos los que integran la organización; las reacciones, respuestas y actitudes pueden ser muy distintas de un colaborador a otro, según las interprete cada uno.
Hay quienes tienen una actitud de negación, que pese a las evidencias consideran que los cambios no se dan, y hay otros que sí los perciben, pero los consideran irrelevantes y se muestran indiferentes.

Existen algunos colaboradores que tienen una actitud pasiva, que si bien no se oponen, tampoco participan; mientras que hay otros que abiertamente se resisten o incluso buscan boicotear el proceso para que todo permanezca igual.

Asimismo, está el grupo de personas que tienen una actitud positiva, que apoyan y promueven los cambios cuando están convencidos de que es lo mejor para la organización y todos los que la conforman.

Justo este último tipo de colaborador es el que deben identificar quienes gestionan los cambios, involucrarlos más y apoyarse en ellos para vencer la resistencia de quienes no están convencidos.

Planear, saber comunicar y administrar de manera efectiva el cambio son aspectos fundamentales para lograr que la mayoría de los colaboradores se sumen y contribuyan a que se dé con éxito todo proceso de transformación.

La crisis, el confinamiento y el obligado uso del teletrabajo en muchos casos, son una gran oportunidad para iniciar la transformación que las organizaciones necesitan y deben aprovechar.

¿Y cuál es la clave que les permitirá sobrevivir, sobreponerse y avanzar frente a esta y otras crisis que se puedan presentar? La respuesta es compleja, pero no tenemos duda de que uno de los factores de mayor impacto es una actitud proactiva. Así que no dejemos de trabajar para ser un verdadero agente de transformación.

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