Trabajo en equipo, el gran reto

Uno de los grandes retos que enfrentan empresas de todos tamaños con la larga crisis sanitaria es tener equipos de trabajo eficaces y efectivos. La distancia, pese a las herramientas tecnológicas que existen, les ha dificultado que sus colaboradores se mantengan integrados como una red compacta, bien coordinada, participativa y de rápida respuesta.

La realidad no es la misma para todas las empresas; el compromiso y la productividad de los colaboradores tampoco. Estudiosos de temas interculturales han disertado al respecto desde hace muchos años, y aunque hay opiniones encontradas, parece que el trabajo en equipo no es uno de los puntos fuertes en Latinoamérica.

Es paradójico, pues al latinoamericano en general se le ubica como una persona que se relaciona fácilmente con otros individuos y realiza muchas actividades en grupo. Sin embargo, el trabajo en equipo dentro de las empresas no es uno de sus fuertes.

De hecho, la contingencia sanitaria, sumado a una nula preparación para realizar home office, ha evidenciado que el trabajo en equipo es en muchas empresas solo un buen deseo. Y esto debería preocuparles, pues al parecer el teletrabajo llegó para quedarse y será uno de los factores decisivos en la competitividad.

La dificultad para trabajar en equipo se debe en parte a la cultura de las propias empresas, que consciente o inconscientemente promueven, incentivan y premian los logros individuales por sobre los grupales, privilegiando las relaciones verticales en lugar de las horizontales.

¿Qué tendrían que estar haciendo aquellas empresas que han identificado pobres resultados en su afán de integrar verdaderos equipos de trabajo?

Primero, desarrollar una cultura de equipo que promueva la participación y la colaboración para solucionar las dificultades que se presentan a diario. Una cultura que priorice la comunicación abierta y permita el diálogo con el objetivo de llegar a consensos y no imposiciones.

La empresa debe fomentar, con acciones y no solo con palabras, la colectividad, así como integrar las visiones, intereses y capacidades de los que la conforman para alcanzar un fin común. La intención es que las personas se sientan valoradas, tomadas en cuenta y que forman parte de un grupo, de un equipo, de una colectividad.

Esto significa que tanto la empresa como los individuos estén orientados a la colaboración. Para la primera es fundamental establecer procesos y sistemas organizacionales que apoyen el trabajo en equipo; para los segundos se requiere desarrollar habilidades para coordinar su labor con la de sus demás compañeros, áreas o departamentos.

Si tienes alguna duda sobre cómo fortalecer tu cultura organizacional y que esta favorezca el trabajo en equipo, contáctanos en [email protected]

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